Precalentamos el horno a 180 grados centígrados con calor arriba y abajo.
Engrasamos el molde con unas gotas de aceite de oliva con ayuda de un pincel para así tenerlo preparado para cuando vertemos la mezcla. También podemos ponerle papel de hornear si lo preferimos.
Preparamos un un bol para triturar los ingredientes.
Primero escurrimos y lavamos bien los garbanzos con abundante agua y los vertemos al bol. Luego, añadimos el resto de ingredientes.
Le damos unos golpes con la trituradora hasta que se haya hecho una masa por completo muy bien integrada y ya lo tendríamos.
Con ayuda de una espátula lo vertemos en el molde que tenemos preparado. Lo repartimos hasta que se quede en todo el molde por igual puesto que es una mezcla muy sólida. Una vez lo tenemos, horneamos por 20 minutos.
Una vez pasado el tiempo, apagamos el horno y pasados 5 minutos más lo sacamos con cuidado y desmoldamos. ¡Ya tenemos nuestro postre saludable! Lo podemos adornar con alguna frambuesa, nueces, etc.