Precalentamos el horno a 165 grados centígrados, con calor arriba y abajo.
Empezamos preparando la base. Para ello, necesitamos un molde desmoldable de unos 10 centímetro de diámetro. Lo forramos con papel de horno y lo engrasamos con unas gotas de aceite de oliva. Reservamos el molde.
Necesitamos una trituradora. Vertemos todos los ingredientes de la base y damos unos golpes con ésta hasta que se trituren por completo. Nos tiene que quedar arenoso y un poco suelto, que no quede una masa pegada.
Una vez la tengamos, la vertemos sobre el molde. Con ayuda de una cuchara o con nuestras manos vamos dando forma hasta repartir toda la mezcla por el fondo con un grosor igual en toda la superficie.
Ahora introducimos el molde en el horno durante 15 minutos. Pasado este tiempo, lo sacamos del horno y dejamos enfriar mientras preparamos el relleno.
Cogemos el bol o recipiente de nuestra batidora. Vertemos el queso crema con la panela y la miel. Batimos a velocidad media hasta que no se vean los grumos, se vea cremoso y se hayan integrado los ingredientes. Sobre unos 3 minutos aproximadamente.
Agregamos el yogur griego y la sal y continuamos batiendo hasta conseguir una masa uniforme. Agregamos los huevos uno a uno, asegurándonos de que se integre bien con la mezcla antes de agregar el siguiente. Luego agregamos el extracto de vainilla. Una vez tengamos la crema la separamos en dos bols. Uno de ellos con ¼ parte y el otro con ¾ partes del total de la crema.
Continuamos con el que tiene ¼ parte. Le añadimos el limón, tanto su jugo como un poco de su ralladura y la harina de trigo. Batimos unos segundos hasta que se incorporen.
Ahora vertemos la mezcla sobre el molde, es decir, sobre nuestra base de galleta previamente preparada.
Continuamos con el bol que nos falta, el que contiene ¾ partes de la crema. Le agregamos la calabaza y las especias y batimos hasta conseguir una crema uniforme. Una vez la tengamos, la añadimos sobre nuestra tarta formando un círculo y luego con ayuda de un cuchillo podemos esparcir y dar forma de dibujo a nuestro pastel, por ello el nombre de marmolado.
Una vez la tenemos, la cubrimos con papel de aluminio para que se nos cocine de manera uniforme y evitar que se nos agriete la superficie.
Introducimos al horno durante 45 minutos. Pasado este tiempo apagamos el horno y sin abrir la puerta la dejamos por 15 minutos más dentro con el horno apagado. Pasado este tiempo, podemos abrir un poco el horno y al momentito la sacamos. Solamente necesitaremos que se enfríe para poder probarla. ¡Disfruta de esta delicia!